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miércoles, 12 de julio de 2017

Xochimilco: Trabajadores de la delegación 2018, el olvido de un “voto duro” que buscará venganza

Las pugnas internas de Morena en la demarcación han afectado donde más le duele a su propia estructura: en el bolsillo.  

Por: Héctor Aguilar
Para nadie es un secreto que el voto duro (el que se supone seguro para el partido en el poder en delegaciones pequeñas como Xochimilco, que no cuenta más que un 5 por ciento de la elección total de la CdMx) son los trabajadores de la delegación, esos que todos los días van a poner la cara por las tonterías que hacen sus jefes, que se parten la espalda a pleno sol, sin esperar mayor remuneración que su pobre salario.  Ese que ha sido duramente afectado por problemas internos, desorganización y prepotencia de las autoridades

Sin embargo, son estos trabajadores, los que usted ve limpiando coladeras, metiéndose al lodo, cambiando luminarias, quienes tienen que aguantar las protestas de la sociedad, cuando son los menos culpables de malas administraciones de quienes fueron elegidos por votación popular.

Ah, pero cuando vienen elecciones, estas personas son las primeras en ser buscadas por los aspirantes. Esos que si no piensan votar por el partido que está en el poder, entonces son amenazados con perder su empleo, removidos de área o de plano despedidos, aunque esto conlleve un proceso. Esos que viven “asustados” cada tres años, porque de no apoyar a sus jefes políticos, lo perderán todo.

Y a pesar de ello, en esta administración esta constante presión psicológica, que se considera un delito laboral, se le revirtió al gobierno de Morena. Los trabajadores de la delegación Xochimilco no solo se lograron quitar el pie de encima, sino que además están completamente seguros de NO votar nuevamente por ese partido, luego de que sus condiciones laborales han sido vejadas en todo sentido.

Desde el inicio de esta administración han sido constates las quejas sobre problemas internos  entre direcciones, lo que hace que la confianza de mantener su lugar se pierda.  Luchas internas que no se habían visto en anteriores mandatos perredistas, y el grave problema fue que estos morenos llevaron sus problemas hasta la clase trabajadora, y eso fue la gota que derramó el vaso.

La constante de estos años  ha sido el retiro de concesiones que tenían estos empleados. La gente de base perdió horas extras, le aumentaron una hora de trabajo, lo movieron de áreas y la tan prometida restructuración en base a sus conocimientos nunca llegó. Justo o no, estos cambios afectaron a la plantilla laboral

Y eso quienes tienen base y el sindicato los “protege”. Aunque, como nos han mencionado decenas de trabajadores: “No hay sindicato, el sindicato trabaja con quien le ofrece mejores posibilidades. Si llega un delegado que le promete el cielo y la tierra, nos dejan tirados, pero eso sí, siguen cobrando su cuota, por no hacer nada”, esto en referencia al Sindicato de Trabajadores del Gobierno de la CDMX.

Ya no se diga la gente de Nómina 8, personal, por cierto, que no trabaja para la delegación, sino para el Gobierno Central, aunque el pago salga de cada demarcación.

Ellos han sufrido peores momentos. Desde despidos, golpes, abusos, humillaciones y falta de pago.

Y con todo esto, ¿alguien del partido en el poder se acercará con ellos para pedirles su apoyo en 2018? Y una mejor pregunta: Usted, que trabaja en la delegación, ¿volverá a creerles?

El problema aquí fue uno muy sencillo, las pugnas internas de Morena afectaron al trabajador, donde más le duele, en su bolsillo y eso se va a pagar en 2018. ¿O no?

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